Parte final de la trilogía «Fear Street», basada en los cuentos de R. L. Stine y dirigida por Leigh Janiak. En esta oportunidad, el círculo llega a su fin, y nos dan todas las respuestas que quedaron pendientes de las preguntas de las películas anteriores. La calidad se asemeja mucho a la de la primera cinta.
Nos trasladamos al año del título de la película para conocer el origen de la maldición que tanto ha perturbado la vida de los personajes principales de esta historia. La nueva protagonista es Sarah Frier, una mujer que está acusada de brujería y que va a empezar a ser perseguida por la comunidad.
La primera característica que llama la atención en esta tercera parte es que pese a que los personajes son todos nuevos están interpretados por los mismos actores y actrices de las cintas pasadas. Una decisión muy interesante, ya que vemos a estos mismos intérpretes haciendo de las suyas en personajes completamente distintos a los que vimos en los dos films anteriores. Hay momentos muy bien logrados y otros un poco sobreactuados.
Esta es una película de época, que remite a «La Aldea», la cinta dirigida por M. Night Shyamalan. Se deja de lado el humor juvenil de las dos primeras cintas para desarrollar un relato más serio y tedioso sobre el origen de la maldición. Ese es uno de los grandes inconvenientes de la película, gran parte de todo lo que sucede no es interesante y hace que este final se transforme en un chicle que hay que masticar demasiado para sacarle sabor.
El terror también se deja en un segundo lugar y se adentra en un círculo propio de las películas de rituales religiosos que se vuelve bastante repetitivo. La gran pregunta que aparece es: ¿Por qué es necesario ver cómo se originó la maldición y cómo afecta esto a la historia original ubicada en 1994? La respuesta aparece en el final y es satisfactoria. El giro de la conclusión está bien logrado y sigue el mismo esquema narrativo de las dos películas anteriores.
«Fear Street. Parte 3: 1666» cierra bien la trilogía y concluye esta historia bien lograda dentro del universo del terror juvenil. Además, posee un buen mensaje feminista en su conclusión. La mejor de las tres es la segunda y la más floja es esta última. Larga, algo sobreactuada y un poco aburrida, pero con un buen final.
Está en Netflix.