Crítica de: Der Bunker (2015).

Extraña propuesta alemana llena de absurdo y de una filosofía que esconde sus significados en puestas de escena cuidadas, secuencias perturbadoras y una arbitrariedad que nunca deja de desconcertar.

Un hombre decide alquilar una habitación alejada de la sociedad para poder terminar un trabajo en paz. Es así como llega a una curiosa casa habitada por una particular familia. El padre es autoritario, el hijo dice tener 8 años pero parece más grande y la madre asegura que se puede comunicar con una especie de otro mundo. El individuo no se intimida por lo que ve y acepta quedarse.

Poco de lo que sucede tiene sentido y poco de lo que el espectador es testigo posee algún tipo de razonamiento lineal o argumental dentro de la película. Pero, hay mensajes que están encriptados en su guión y la representación visual de esas ideas es lo más interesante de esta bizarra película. El film lidia con temáticas como la paternidad y en cómo afecta a los niños el llenarlos con falsas promesas o altas expectativas que saben que nunca van a poder cumplir. Es una manera complicada y rara de representarlas, pero su puesta en escena está muy bien lograda.

Pese a que el sentido de la película tarda en aparecer y necesita de un espectador atento y dispuesto a descubrir los significados ocultos en los personajes, la cinta posee rara una atracción. El lugar donde fue filmada, un bunker solitario y perdido en el bosque, con sus tapizados antiguos y una formalidad que nos sitúa en otra época, invoca una especie de ritual familiar oscuro y perturbador. Aquí hay pocas imágenes fuertes, pero las suficientes como para crear suspenso e incomodar.

«Der Bunker» es la ópera prima de Nikias Chryssos. Si bien el ejercicio para encontrarle sentido a las imágenes es innecesariamente complicado, el poder de muchas de ellas expresan una original y personal habilidad del director para reflexionar sobre temas tabú. Muy bien actuada (Daniel Fripan se destaca), rara, difícil, perturbadora, regular y, en especial, distinta. No dejará indiferente al espectador, sea para bien o para mal.

CALIFICACIÓN: 6/10.