Crítica de: La Leyenda de Tarzán (2016 – The Legend of Tarzan).

Tarzán es uno de los personajes ficticios que el mundo del cine ha explotado hasta el cansancio. Ha aparecido más de 85 películas desde su nacimiento, allá por 1912 en la revista All Story Magazine. Pese a la enorme cantidad de producciones que se centraron en el rey de los monos, la última vez que lo vimos interpretado oficialmente por una persona real fue en 1998 en «Tarzán y la Ciudad Perdida», donde fue encarnado por Casper Van Dien. Ahora, el personaje regresa en una propuesta visualmente hermosa, pero con serios problemas de edición y con un guión que dice demasiado poco sobre el emblemático rey de la selva.

Tarzán vive de manera civilizada en Londres con su esposa. Un día, es llamado para regresar al Congo para ayudar a un grupo de personas que están siendo esclavizadas con el fin de terminar obras. Pero, las intenciones de su viaje son también otras. Un viejo conocido del hombre quiere cobrar venganza por algo sucedido en el pasado y cree haber encontrado la manera perfecta para hacerlo.

David Yates, director de las últimas películas de «Harry Potter», explora aquí de manera regular la vida del hombre que dice ser el Rey de la Selva. El filme cuenta los orígenes del personaje mediante flashbacks, momentos que se sientes insuficientes. Lo más interesante del personaje es su vida al rededor de los animales y aquí vemos poco de eso. 

«La Leyenda de Tarzán» es una película romántica, en la que un hombre debe salvar a su mujer de las garras de un villano. Dejando de lado que el hombre en cuestión es Tarzán, la película no se aleja de lo que el género nos tiene acostumbrado y a los lugares comunes que este tipo de historias melosas siempre introducen.

Los aspectos técnicos visuales son muy buenos. Toda la construcción de los escenarios y las varias secuencias de acción están bien logradas. Los animales se sienten reales y, pese a que algunos fondos son algo estáticos, el trabajo en los efectos especiales es muy limpio. El mayor problema técnico aquí es la edición. Las transiciones no existen, las distancias  que los personajes recorren parecen cortas, los flashbacks están incorrectamente ubicados en la narración y los personajes aparecen de la nada en lugares insólitos sin ningún tipo de sentido.

«La Leyenda de Tarzán» se disfruta, pero aporta poco a la mitología del personaje. Una película insuficiente, que recurre al espectáculo visual y al mensaje correcto sobre la esclavitud para emocionar, sin llegar a hacerlo de manera auténtica.

CALIFICACIÓN: 5/10.

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